Thomas D. Williams L.C., “El Evangelio de Judas”, Zenit, 6.IV.2006

«National Geographic» ha anunciado su intención de publicar una traducción en varios idiomas de un antiguo texto llamado «El Evangelio de Judas» a finales de este mes. El manuscrito de 31 páginas, escrito en copto, hallado en Ginebra en 1983, no aparece hasta ahora traducido en las lenguas modernas. El padre Thomas D. Williams L.C., decano de la Facultad de Teología de la Universidad «Regina Apostolorum» de Roma, comenta la importancia de este descubrimiento.

-¿Qué es el Evangelio de Judas? Aunque el manuscrito todavía debe ser autentificado, probablemente es un texto del IV o V siglo, una copia de un documento anterior, redactado por la secta gnóstica de los Cainitas.

El documento presenta a Judas Iscariote de manera positiva y le describe obedeciendo a la orden divina de entregar a Jesús a las autoridades para la salvación del mundo.

Puede ser una copia del «Evangelio de Judas» citado por san Ireneo de Lyón en su obra «Contra las herejías», escrita en torno al año 180.

-Si es auténtico, ¿supone algún desafío a la fe de la Iglesia católica? ¿Sacudirá los cimientos del cristianismo, como sugieren algunas notas de prensa? Ciertamente no. Los evangelios gnósticos, hay muchos más, no son documentos cristianos en sí, ya que proceden de una secta sincretista que incorporó elementos de diferentes religiones, incluyendo el cristianismo.

Desde el momento de su aparición, la comunidad cristiana rechazó estos documentos por su incompatibilidad con la fe cristiana.

El «Evangelio de Judas» sería un documento de este tipo, que tendría gran valor histórico, ya que contribuye a nuestro conocimiento del movimiento gnóstico, pero no supone ningún desafío para el cristianismo.

-¿Es verdad que la Iglesia ha tratado de encubrir este texto y otros documentos apócrifos? Estos son inventos hechos circular por Dan Brown, el autor de «El Código Da Vinci» y otros autores que apoyan la teoría de la conspiración.

Usted puede ir a cualquier librería católica y obtener una copia de los evangelios gnósticos. Los cristianos no creen que sean verdaderos pero no hay ningún intento de esconderlos.

-Pero, ¿no cree que un documento así pone en tela de juicio las fuentes cristianas, en particular los cuatro evangelios canónicos? Recuerde que el gnosticismo surgió a mediados del siglo II, y el «Evangelio de Judas», si es auténtico, probablemente se remonta a finales del siglo II.

Sería como si yo me pusiera a escribir ahora un texto sobre la Guerra Civil de los Estados Unidos y los presentara como una fuente histórica primaria de esa Guerra. El texto podría no haber sido escrito por un testigo presencial, como en cambio lo son al menos dos de los evangelios canónicos.

-¿Por qué estaban tan interesados en Judas los militantes en el movimiento gnóstico? Una de las mayores diferencias entre las creencias gnósticas y el cristianismo se refiere a los orígenes del mal en el universo.

Los cristianos creen que un Dios bueno creó un mundo bueno, y que por el abuso del libre albedrío, el pecado y la corrupción entraron en el mundo y produjeron desorden y sufrimiento.

Los gnósticos atribuyen a Dios el mal en el mundo y afirman que creó el mundo de un modo desordenado. Por esto, son partidarios de la rehabilitación de figuras del Antiguo Testamento como Caín, que mató a su hermano Abel, y Esaú, el hermano mayor de Jacob, que vendió sus derechos de primogenitura por un plato de lentejas.

Judas entra perfectamente en la visión gnóstica que muestra que Dios quiere el mal del mundo.

-Pero ¿no cree que la traición de Judas fue un elemento necesario del plan de Dios, como sugiere el texto, para que Cristo diera su vida por los hombres? Siendo ominisciente, Dios conoce perfectamente nuestras elecciones tiene en cuenta incluso nuestras decisiones equivocadas en su plan providencial para el mundo.

En su último libro «Memoria e identidad», Juan Pablo II reflexionaba elocuentemente sobre cómo Dios sigue obteniendo bien incluso del peor mal que el hombre pueda producir.

Esto no significa, sin embargo, que Dios desee que hagamos el mal, o que buscaba que Judas traicionara a Jesús. Si no hubiera sido Judas, hubiera sido otro cualquiera. Las autoridades habían decidido que Jesús debía morir y era ya sólo cuestión de tiempo.

-¿Cuál es la posición de la Iglesia respecto a Judas? ¿Es posible «rehabilitarlo»? Si bien la Iglesia católica cuenta con un proceso de canonización por el que declara que algunas personas están en el cielo, como los santos, no prevé un proceso de este tipo para declarar que una persona está condenada.

Históricamente, muchos pensaron que Judas está probablemente en el infierno, debido al severo juicio de Jesús: «Hubiera sido mejor para ese hombre no haber nacido», se puede leer en el Evangelio de Mateo (26, 24). Pero incluso estas palabras no son una evidencia concluyente respecto a su suerte.

En su libro de 1994, «Cruzando el umbral de la esperanza», Juan Pablo II escribió que estas palabras de Jesús «no aluden a la certeza de la condena eterna».

-Pero si hay alguien que merece el infierno, ¿no sería Judas? Seguramente mucha gente merece el infierno, pero debemos recordar que la gracia de Dios es infinitamente más grande que nuestra debilidad.

Pedro y Judas cometieron faltas parecidas: Pedro negó a Jesús tres veces, y Judas lo entregó. Y ahora Pedro es recordado como un santo y Judas simplemente como el traidor.

La principal diferencia entre los dos no es la naturaleza o gravedad de su pecado sino más bien la voluntad de aceptar la gracia de Dios. Pedro lloró sus pecados, volvió con Jesús, y fue perdonado. El Evangelio describe a Judas ahorcándose desesperado.

-¿Por qué está despertando tanto interés el «Evangelio de Judas»? Estas teorías sobre Judas no son ciertamente nuevas. Baste recordar la ópera rock de 1973, «Jesucristo Superstar», en la que Judas canta «Realmente no he venido aquí por mi propia voluntad», o la novela de Taylor Caldwell, de 1977, «Yo, Judas».

El enorme éxito económico de «El Código da Vinci» ha abierto sin duda la caja de Pandora y ha dado incentivos monetarios a teorías de este tipo.

Michael Baigent, autor de «Sangre Santa, Santo Grial», ahora ha escrito el libro «The Jesus Papers» (Los documentos de Jesús) en el que recicla la vieja historia de que Jesús sobrevivió a la crucifixión.

Y un nuevo estudio «científico» recién publicado afirma que las condiciones meteorológicas podrían haber hecho que Jesús caminara sobre un pedazo de hielo flotante en el Mar de Galilea, cuando el Evangelio dice que caminaba sobre el agua.

Básicamente, para quienes rechazan tajantemente la posibilidad de los milagros, cualquier teoría, por extraña que pueda ser, es mejor que las afirmaciones cristianas.

ROMA, jueves, 6 abril 2006 (ZENIT.org)