«Cuando la conocí tenía 16 años. Fuimos presentados en una fiesta, por uno que decía ser mi amigo. Fue amor a primera vista. Ella me enloquecía.
»Nuestro amor llegó a un punto en que ya no conseguía vivir sin ella. Pero era un amor prohibido. Mis padres no la aceptaron. Fui expulsado del colegio y empezamos a encontrarnos a escondidas. Pero ahí no aguanté más, me volví loco. Yo la quería, pero no la tenía. Yo no podía permitir que me apartaran de ella. Yo la amaba: destrocé el coche, rompí todo dentro de casa y casi maté a mi hermana. Estaba loco, la necesitaba.
Continuar leyendo “Alfonso Aguiló, “La libertad interior”, Hacer Familia nº 136, 1.VI.2005″