Alfonso Aguiló, “Las razones de los demás”, Hacer Familia nº 128, 1.X.2004

Platón, para pensar y para explicarse mejor, imaginaba personajes cuyas ideas eran opuestas a las suyas, tanto para plantear réplicas a sus afirmaciones como para exigir que las expusiera de otra manera y así las mejorara. Aristóteles mantiene en gran parte ese sistema, aunque de forma un poco menos teatral, y señala primero los obstáculos a sus afirmaciones –suele decir: “hay aquí una dificultad…”–, y luego sortea o rebate pacientemente esas objeciones. Tomás de Aquino, en cada artículo de la Summa, emplea la famosa fórmula del “sed contra est”: busca primero lo que le resulta contrario, lo que se opone a la tesis que sostiene, y luego, después de haber expuesto la solución según el orden de las razones, vuelve a las objeciones que se había hecho, y las contesta. También Descartes intercambia argumentos para responder a las objeciones que le lanzan.

Continuar leyendo “Alfonso Aguiló, “Las razones de los demás”, Hacer Familia nº 128, 1.X.2004″

Juan Manuel de Prada, “¿Quién defiende a la Iglesia?”, ABC, 4.X.2004

Tiene más razón que un santo mi amigo Fernando Iwasaki cuando, en su artículo «El velo zen», escribe que «ni todos los católicos son de derechas, ni todos los agnósticos son de izquierdas». Creo, sin embargo, que sucumbe a cierta caracterización tan falsorra como caricaturesca cuando presenta al PP como «paladín de la Iglesia Católica». No negaremos que la facción política que hoy se lame las llagas en el purgatorio de la oposición pretendió en fechas recientes atraerse a las jerarquías eclesiásticas con gestos de apariencia amistosa que en realidad encubrían un «abrazo del oso»: pero ni la Iglesia la componen únicamente las jerarquías, ni su doctrina concuerda con los principios ideológicos de la derecha. Baste recordar cuál ha sido la posición de la Iglesia ante la reciente guerra de Irak; baste recordar las diatribas del Papa contra el capitalismo rampante y deshumanizado; baste recordar el compromiso de la Iglesia con los pobres, que no se limita a dedicarles hermosas palabras en los foros internacionales, como hacen nuestros políticos, sino que atiende su dolor, empeñando medios materiales y entregando vidas en el esfuerzo. Que los medios de comunicación silencien esta ingente labor de la Iglesia no significa que no exista; sólo demuestra que a los que manejan el cotarro no les interesa que se conozca. A la postre, lo que fastidia tanto a la izquierda como a la derecha es que la Iglesia, cuya única ideología es el Evangelio, no se amolde a las veleidades del cambalache político.
Continuar leyendo “Juan Manuel de Prada, “¿Quién defiende a la Iglesia?”, ABC, 4.X.2004″