3. ¿Hay mucha diferencia en los resultados académicos entre chicos y chicas?

Hay diferencias bastante significativas, que están reflejadas claramente en los datos estadísticos oficiales en todo el mundo, y que son bien conocidas por todos los que trabajan en la enseñanza.

Según la Edición 2014 del Informe “Cifras de la Educación en España” del Ministerio de Educación, la tasa de idoneidad a los 15 años, es decir, quienes no habían repetido ningún curso, era un porcentaje del 66,8% en mujeres y del 56,9% en varones. Por cada 100 varones de 15 años que no hubieran repetido, había 117 mujeres.

Si nos fijamos en ese mismo dato en el resto de Europa, podemos ver que en la República Checa en 2009, los chicos que repitieron curso en primaria y secundaria representaban el 63% de la totalidad del alumnado repetidor (por cada 100 chicas repetidoras había 170 chicos repetidores). En Alemania el 58%. En Estonia, el 62%. En Italia el 69%. En Letonia, el 67%. En Lituania, el 70%. En Polonia el 66%. En Eslovenia, el 68% (EACEA P9 Eurydice, 2010, p. 76).

Volviendo a España, y según el mismo Informe “Cifras de la Educación en España”, un 80,4% de chicas acceden al Bachillerato, y solo un 57,6% de chicos. Por cada 100 varones que acceden al Bachillerato, lo hacen 140 mujeres. Eso hace que en Formación Profesional de Grado Medio haya más varones que mujeres (38,3% frente a 32,3%).

Si nos fijamos en la tasa bruta de población que logra titularse en Bachillerato, son el 57,5% de chicas y el 43,5% de chicos. Por cada 100 varones que concluyen el Bachillerato, hay 137 mujeres.

A los 21 años, hay un 37% de chicas matriculadas en la universidad, y solo un 26,7% de chicos. Por cada 100 varones universitarios de 21 años, hay 138 mujeres. Eso hace que se equilibren los porcentajes en el acceso a la Formación Profesional de Grado Superior, donde las tasas brutas de escolarización son casi idénticas entre hombres y mujeres (30,4% y 30,7%).

En cuanto al abandono educativo temprano (población de 18 a 24 años que no ha completado el nivel de Enseñanza Secundaria y no sigue ningún tipo de educación-formación), es del 20,8% en chicas y 28,8% en chicos. Por cada 100 mujeres que abandonan, lo hacen 138 varones.

Si nos fijamos en los datos de fracaso escolar por comunidades autónomas en España, según el informe publicado por el Consejo Escolar del Estado (Junta de Participación de los Consejos Escolares Autonómicos y del Estado, 2011, Cuadro nº 7), puede verse en el gráfico siguiente que hay varias comunidades autónomas en las que el fracaso escolar de los varones es más del doble que en las mujeres:

Fig. 1: Fracaso escolar por comunidades autónomas

Y si nos fijamos en ese mismo dato en el conjunto de la Unión Europea (EACEA P9 Eurydice, 2010, p. 77), los resultados van en la misma línea:

Fig. 2: Abandono escolar temprano. Porcentaje de chicos/as entre 18.24 años con un nivel máximo de estudios de secundario inferior y que no siguen estudios o formación superior

En el Reino Unido, donde hay un seguimiento histórico muy detallado de los resultados académicos anuales, las diferencias entre chicos y chicas son importantes y la brecha no parece cerrarse con los años, sino que se mantiene (Gender and education: the evidence on pupils in England, Department for Education and Skills on behalf of HM Government, 2007, p. 73):

Fig. 3: Diferencia de rendimientos entre chicos y chicas en el Reino Unido

Y resulta interesante ver que el vuelco se produjo en los años sesenta, y aumentó sobre todo en los ochenta, coincidiendo en el tiempo con la generalización de la enseñanza mixta. Desde hace unos quince años ha comenzado a descender muy lentamente, pero sigue siendo una brecha de género muy importante.

Si nos fijamos en quienes sacan mejores resultados en el Reino Unido, también se aprecia una diferencia considerable, que se mantiene en el tiempo y se está incrementando (The Statistics Portal):

Fig. 4: Alumnos que obtuvieron las máximas calificaciones por género en Inglaterra

En cuanto a los estudios universitarios en España, según el informe del Ministerio de Educación “Datos y Cifras del Sistema Universitario español. Curso 2014/2015”, el 54,8% de los que superan las pruebas de acceso a la universidad son mujeres y el 45,2% son varones (página 23). Esa diferencia se incrementa si nos fijamos en los que concluyen su grado universitario: 63,6% mujeres y 36,4% varones (página 42). Todo esto indica por cada 100 varones que aprueban las pruebas de acceso a la universidad lo hacen 121 mujeres. Y por cada 100 estudiantes varones de Grado egresados hay 175 mujeres.

En la Formación Profesional, esta diferencia según el sexo es aún más acusada. Por ejemplo, según los datos del curso 2007/08 de la Comunidad de Madrid, un 3,2% de las chicas abandonan sin acabar un Ciclo de Grado Medio, frente a un 29,7% en el caso de los chicos (por cada 100 chicas que abandonan un Ciclo de Grado Medio, abandonan 928 chicos). En los Ciclos de Grado Superior, abandonan 9,6% de chicas y 20,1% de chicos (por cada 100 chicas que abandonan un Ciclo de Grado Superior, abandonan 209 chicos).

Puede decirse que el fenómeno afecta en España a todas las enseñanzas y a todo el territorio, independientemente del nivel socioeconómico y del color político de los diferentes gobiernos regionales, y trasciende también nuestras fronteras.

Así lo confirma un meta-análisis realizado por unos investigadores de la universidad canadiense de New Brunswick (Daniel Voyer and Susan Voyer, “Gender Differences in Scholastic Achievement: A Meta-Analysis”, 2014) que abarca 369 estudios y cubre en total una población de un millón de estudiantes de treinta países diferentes. El estudio no deja lugar a dudas: ellas obtienen mejoras notas en todas las asignaturas. El hecho es incuestionable, y las administraciones educativas lo reflejan con toda claridad en sus estudios estadísticos, pero pocos se aventuran a hablar sobre las posibles causas o soluciones.