ROMA, 1 julio 2002 (ZENIT.org).- En el mundo aumenta en general el diálogo y la sensibilidad al respeto y la tolerancia hacia la religión. Pero todavía hay países donde reina la intolerancia, como pone de relieve el Informe 2002 de la asociación Ayuda a la Iglesia Necesitada, presentado este jueves en Roma.
Hay países, como Sudán o Yemen, donde la conversión al catolicismo puede costar la vida. En otros, por ejemplo China o Vietnam, la actividad evangelizadora está severamente controlada por las autoridades y se prevén durísimas sanciones en caso de violación de las normas.
Existen también aquellos donde la actividad terrorista de grupos extremistas integristas, como India e Indonesia, de hecho impide profesar la propia religión. Y por último hay países, como Rusia y Ucrania, donde la presencia de una tradición religiosa hace difícil, desde el punto de vista administrativo, a otras confesiones religiosas el ejercicio misionero.
Al inicio del nuevo milenio, la situación de la libertad religiosa en el mundo se presenta todavía con muchas sombras y problemas no resueltos: persecuciones, masacres, represiones, obstáculos de naturaleza legislativa o burocrática se oponen a este derecho fundamental del hombre.
Los autores del informe han señalado cinco categorías de países en las cuales, con diferente intensidad y forma, se conculca la libertad religiosa.
Área islámica Presenta una situación siempre difícil para el pluralismo religioso. Hay casos extremos, como los de Sudán y Yemen, o las normas severísimas que rigen en Arabia Saudita, donde no está oficialmente permitido ningún tipo de culto y los trabajadores no islámicos son considerados de segunda categoría, hasta el punto de que no pueden ser enterrados en el lugar; la prohibición de proselitismo rige para las incluso respetadas comunidades religiosas no musulmanas en Irán; países como Egipto, en los que no rige ninguna regla restrictiva, de hecho es prácticamente imposible construir nuevas iglesias.
Área comunista En China, Vietnam, Cuba, Corea del Norte, los espacios de culto son tolerados con la condición de un estrecho control por parte de las estructuras estatales que a menudo intervienen en delicadísimas decisiones, como el nombramiento de obispos o el número de seminaristas a admitir cada año. Hay que añadir las discriminaciones de carácter político y social, la primera de ellas la marginación en el partido para quien profesa una fe religiosa y las violentas represiones para el que se adhiere a Iglesias o confesiones no controladas por el Gobierno.
Área budista e hinduista La expansión del fanatismo religioso en países como India, Sri Lanka o Nepal crea dificultades de convivencia con los otros cultos minoritarios. Cada vez se propagan más los actos de violencia contra los adeptos y las religiones menos difundidas, perpetrados por grupos extremistas, y las peticiones de parte del clero local de limitar su culto.
Área de conflictos locales La guerra civil y los enfrentamientos étnicos presentes en países como Colombia, Sudán o Ruanda se traducen en asesinatos de misioneros y en masacres de miembros de diferentes comunidades religiosas.
Área de restricciones Incluye países de todo el mundo en los que por diversos motivos existen limitaciones y obstáculos de carácter administrativo al pleno ejercicio del derecho a la libertad religiosa, o donde los exponentes de la religión mayoritaria presionan al Gobierno para que no conceda la misma ciudadanía a todas las confesiones. Entre ellos hay estados ex comunistas como Rusia y Ucrania, naciones islámicas «laicas» como Turquía e Irak, y otros países donde la política del Gobierno choca con la postura de las Iglesias, como Venezuela.
Sin embargo, en general, se puede hablar de cierta mejoría de la situación. Luca Diotallevi, profesor de la Universidad de Roma, destacó cuatro indicadores positivos: aumento del número de países que adoptan modelos de legislación de tutela de la diversidad religiosa, incremento del número de conversiones, mayor pluralismo dentro de las religiones y crecimiento de la sensibilidad y de las relaciones entre religiones distintas.
Tomado de Zenit, ZS02070102