Alfonso Aguiló, “Superar la adversidad”, Hacer Familia nº 289, 1.III.2018

Este cuento trata sobre un hombre común. Un hombre que tenía un trabajo que nadie quería. No había en aquel pueblo un oficio peor conceptuado y peor pagado que el de ser portero de un viejo prostíbulo… Pero ¿qué otra cosa podría hacer aquel hombre? Si no sabía ni leer ni escribir…

Un día, el viejo propietario del viejo tugurio murió y se hizo cargo del negocio otro más emprendedor, que decidió modernizar un poco el negocio. Fue haciendo cambios y un día dijo al portero que tenía que apuntar todas las quejas de los clientes y sus sugerencias para mejorar el servicio.

Continuar leyendo “Alfonso Aguiló, “Superar la adversidad”, Hacer Familia nº 289, 1.III.2018″

Alfonso Aguiló, “Forzar la realidad”, Hacer Familia nº 288, 1.II.2018

Brno, 1965. Arrojada en el rincón de un jardín, abandonada y olvidada, yace una estatua. Representa a un hombre maduro, vestido con el hábito agustino monacal. Ese hombre es Gregor Mendel. Hace años que las autoridades del mundo soviético lo consideran anticomunista y contrario a los intereses del proletariado.

La historia de ese hombre y esa estatua comienza un siglo antes, en 1865, en ese mismo lugar. Gregor Mendel pasea por el jardín del monasterio observando las plantas de Pisum sativum, unos guisantes que él cultiva y con los que lleva años experimentando. Ya ha presentado ante la Sociedad de Ciencias Naturales de Brno sus resultados. Ha empleado mucho tiempo en esa investigación, escogiendo cepas puras, haciendo cruzamientos y observando cómo funciona la herencia genética. De aquellos cálculos, Mendel ha deducido las famosas tres leyes que algún día llevarán su nombre y serán la primera piedra de la genética moderna.

Continuar leyendo “Alfonso Aguiló, “Forzar la realidad”, Hacer Familia nº 288, 1.II.2018″

1. ¿Qué razón de ser tiene la enseñanza diferenciada?

La escuela diferenciada organiza su actividad separando a los niños y las niñas considerando que esa práctica educativa favorece las oportunidades de cada sexo, al desactivarse en gran medida en el aula las presiones de género y potenciar con ello la igualdad, así como la expresión libre y plural de chicas y de chicos, evitando que los estereotipos y prejuicios de género frenen sus intereses naturales y espontáneos.

La educación diferenciada no trata de volver a la vieja escuela separada de épocas anteriores, en la que había diferente plan de estudios para cada sexo y se les preparaba para diferentes papeles en la sociedad. La escuela diferenciada del siglo XXI responde a la participación activa de varón y mujer en total igualdad en todos los ámbitos de la sociedad y busca facilitar el aprovechamiento de las diferentes formas de aprendizaje de chicos y de chicas durante algunas etapas de su desarrollo en la infancia y la adolescencia.

Chicos y chicas presentan diferencias en su ritmo de desarrollo, en su forma de aprender, en el procesamiento de las emociones y en sus motivaciones e intereses. Algunas de esas diferencias son de orden natural, otras proceden del entorno cultural y otras obedecen a estereotipos muy arraigados. En todo caso, la educación diferenciada tiene en cuenta esas diferencias a la hora de definir y concretar las estrategias de enseñanza y aprendizaje más idóneas para alumnas y alumnos, en particular en todo lo que se refiere al impulso de la educación en la igualdad.

Se trata de una apuesta pedagógica que en las últimas décadas han asumido con éxito instituciones educativas muy diversas en todo el mundo, con excelentes resultados académicos y de socialización. Su presencia, aunque habitualmente minoritaria, añade pluralidad al panorama educativo, pues donde coexistan educación mixta y diferenciada siempre se podrán atender mejor las diferentes demandas de cada alumno y cada familia.

2. ¿En qué son diferentes los chicos y las chicas, dejando aparte las diferencias físicas?

Dejando efectivamente aparte las diferencias físicas, hay datos estadísticos empíricos que muestran diferencias importantes, de diverso tipo.

Por ejemplo, los resultados PISA (evaluación internacional realizada cada tres años en países de la OCDE y otros asociados, sobre competencias a los 15 años en lectura, matemáticas y ciencias) muestran diferencias significativas entre chicos y chicas, en todos los países y en todas las áreas (Informe PISA 2018, capítulos 3 y 4). ¿A qué se deben? No hay una respuesta unívoca. Se pueden hacer hipótesis que ofrecen explicaciones más o menos convincentes, pero, en todo caso, los datos que evidencian esas diferencias son claras y están ahí.

Por ejemplo, los resultados de PISA de las chicas de España en lengua son bastante superiores a los resultados de los varones de Finlandia (el país europeo estrella en resultados académicos). Eso quiere decir que las diferencias entre los chicos y las chicas dentro de un país son mayores que las diferencias entre los países que están muy distantes en las tablas de resultados en una materia. ¿Por qué? No es fácil saberlo, pero es un hecho empírico comprobable.

Hay más datos interesantes. Por ejemplo, los datos PISA muestran que la brecha entre chicos y chicas no se acortan con el paso de los años, sino que, por el contrario, aumentan en muchos casos. Y todo ello en un escenario de enseñanza mixta en casi el 99% de todo el entorno internacional del estudio PISA. Quizá puede concluirse que la enseñanza en general, y la enseñanza mixta en particular, no está teniendo demasiado éxito en este punto en su lucha contra la desigualdad entre hombres y mujeres.

Los centros de educación diferenciada están más especializados en atender esas diferencias, y por eso, como veremos más adelante, esa brecha de género se amortigua considerablemente.

3. ¿Hay mucha diferencia en los resultados académicos entre chicos y chicas?

Hay diferencias bastante significativas, que están reflejadas claramente en los datos estadísticos oficiales en todo el mundo, y que son bien conocidas por todos los que trabajan en la enseñanza.

Según la Edición 2014 del Informe “Cifras de la Educación en España” del Ministerio de Educación, la tasa de idoneidad a los 15 años, es decir, quienes no habían repetido ningún curso, era un porcentaje del 66,8% en mujeres y del 56,9% en varones. Por cada 100 varones de 15 años que no hubieran repetido, había 117 mujeres.

Si nos fijamos en ese mismo dato en el resto de Europa, podemos ver que en la República Checa en 2009, los chicos que repitieron curso en primaria y secundaria representaban el 63% de la totalidad del alumnado repetidor (por cada 100 chicas repetidoras había 170 chicos repetidores). En Alemania el 58%. En Estonia, el 62%. En Italia el 69%. En Letonia, el 67%. En Lituania, el 70%. En Polonia el 66%. En Eslovenia, el 68% (EACEA P9 Eurydice, 2010, p. 76). Continuar leyendo “3. ¿Hay mucha diferencia en los resultados académicos entre chicos y chicas?”

4. ¿Cómo son esas diferencias entre chicos y chicas en cuanto a preferencias por unas u otras materias?

En cuanto a preferencias por materias, hay muchos datos estadísticos que apuntan considerables diferencias entre chicos y chicas. Por ejemplo, en el ya citado informe del Ministerio de Educación “Datos y Cifras del Sistema Universitario español. Curso 2014/2015”, puede verse que el número de chicos que cursan carreras técnicas es más del doble que de chicas, y que en las carreras de ciencias de la salud sucede lo contrario:

Fig. 5: Distribución de alumnos matriculados en las universidades españolas

Continuar leyendo “4. ¿Cómo son esas diferencias entre chicos y chicas en cuanto a preferencias por unas u otras materias?”

5. ¿No es una buena noticia que, por fin, la mujer vaya por delante del varón?

Puede sin duda considerarse una buena noticia el hecho de que, después de tanto tiempo en que la mujer ha sido postergada en tantos ámbitos, ahora veamos que obtiene mejores resultados académicos y que está cada vez más presente y de modo más brillante en la universidad y en la vida profesional, pública y social, donde tiene tanto que aportar en un mundo que durante siglos se ha construido demasiado sustentado sobre la sensibilidad y los intereses del varón.

Pero si se hace un análisis un poco más profundo, es una buena noticia con un recorrido limitado. Por ejemplo, no creo que sea satisfactorio para la mujer ver que sus hijos varones sean víctimas de un preocupante problema que cada vez se presenta con más claridad. O que sus hijas busquen pareja entre varones que cada vez pasan por más dificultades.

No debemos dejar de considerar que algo grave está pasando con el varón y es preciso pensar cómo ayudarle a superar la crisis en que se encuentra inmerso. Si se busca la igualdad, debe estudiarse cuáles son las razones por las que sucede todo esto, aunque solo fuera porque llegará un momento, a no mucho tardar, en que la crisis del varón incidirá mucho en el conjunto y lastrará el avance de todos, también de la mujer. Así lo comentaba la investigadora alemanda Barbara Ischinger, directora de educación y competencias de la OCDE, en una visita a Nueva Zelanda con motivo de “El día de la mujer”:

En el día Internacional de la mujer, en mi visita a Nueva Zelanda, sugerí que deberíamos empezar a prestar más atención a los chicos. Los chicos andan perdidos y no sabemos realmente cuál es la razón. Fue interesante leer en un reciente informe cómo la mayoría de los chicos entrevistados sentían vergüenza al formular preguntas delante de sus compañeras. ¿No habían dicho ya las mujeres anteriormente que la presencia de chicos en clases les hacía participar menos? Hemos hecho ya mucho por las mujeres y los resultados están a la vista de todos. Las mujeres, de media, consiguen mejores resultados que los varones y ya son más mujeres que hombres las que se gradúan. Obviamente hay más espacio para la mejora: tan solo hay que echar un vistazo a los salarios o que en el sector privado aún es más común encontrar que las mujeres son una minoría. No pretendo decir que debamos mirar a los avances en los derechos de la mujer y decir que la batalla está ganada. No es así. Pero sí añadiría que el balance no será bueno si ganamos por un lado mientras perdemos por otro. ¿Estoy centrándome demasiado en los varones cuando es el día Internacional de la mujer? No lo creo. Es solo una cuestión de potenciación: si tenemos las mismas oportunidades todos seremos conscientes de nuestro potencial individual, y eso no es una cuestión de género (Barbara Ischinger, 2013).

6. ¿Es cierto que la educación diferenciada tiene mejores resultados académicos?

Hasta ahora hemos hablado de que las chicas tienen ordinariamente mejores resultados académicos que los chicos, sean las aulas mixtas o diferenciadas. Ahora entramos en otra cuestión diferente, de contraste académico de conjunto entre la escuela mixta y la escuela diferenciada.

Que la educación diferenciada tiene mejores resultados académicos es una realidad reconocida hasta por los mayores detractores de ese modelo. De hecho, suele ser la introducción de sus reticencias hacia la educación diferenciada: casi siempre empiezan diciendo que la educación diferenciada tiene mejores resultados académicos…, pero que los resultados académicos no lo son todo, ni siquiera lo más importante. En esto último podríamos estar de acuerdo, pues es cierto que los resultados académicos no son lo único ni lo más importante que se espera de la escuela, ni tampoco lo justifican todo, pues la educación debe atender a muchos otros aspectos, como la socialización, la educación en la igualdad y la transmisión de otros muchos valores muy importantes. Pero eso lo dejamos para un momento posterior, para responder ahora a la pregunta de si efectivamente los resultados académicos son mejores o no. Continuar leyendo “6. ¿Es cierto que la educación diferenciada tiene mejores resultados académicos?”

7. ¿Qué resultados de socialización tiene la educación diferenciada?

El tema de la socialización suele ser la primera objeción que muchos plantean ante los buenos resultados académicos de la educación diferenciada: El mundo de hoy –dicen– es mixto, abierto, inclusivo, diverso, integrador… y todo eso debe estar por encima de unas “pequeñas” ventajas académicas… Se argumenta, en definitiva, que la socialización es más importante que los resultados académicos.

A esa objeción, muchos padres responden que esas ventajas académicas no son, para ellos, tan pequeñas, puesto que una de las mejores formas de socializar a una chica o un chico es darles una buena formación académica que les permita tener pronto un buen trabajo y encontrar su lugar en la sociedad. Y esa preocupación de los padres se acentúa en países con altas tasas de fracaso escolar, que suelen desembocar en altas tasas de desempleo juvenil, que a su vez llevan a una socialización bastante deficiente. El desempleo juvenil está muy vinculado a la falta de cualificación profesional, y produce múltiples problemas personales y sociales, porque, tristemente, hay una relación muy directa entre fracaso escolar, paro juvenil y mala socialización. Por eso tantos padres piensan que algo que contribuye mucho a socializar a sus hijos es lograr que aprendan mucho en la escuela y tengan luego un buen trabajo.

Continuar leyendo “7. ¿Qué resultados de socialización tiene la educación diferenciada?”

8. ¿Son elitistas los colegios de educación diferenciada?

Hay quienes dicen que el motivo por el que los colegios de enseñanza diferenciada obtienen buenos resultados es porque son colegios elitistas.

Es una lástima que nunca aporten datos ni estudios que sustenten esa afirmación. Porque si se analiza un poco la implantación actual de la enseñanza diferenciada en el mundo, enseguida se ve que se trata de un modelo que no es de progresistas ni de conservadores, ni de izquierdas o derechas, ni de una religión o de otra… y tampoco de clases altas ni bajas.

Por ejemplo, en Madrid hay 16 centros concertados diferenciados, y 13 de ellos están en distritos o municipios cuyo nivel de renta es inferior a la media de Madrid. Si se cuentan también los centros no concertados, hay un total de 26 escuelas, y 14 de ellas están en zonas de renta inferior a la media.

En el resto de España, y fuera de España, la realidad no es muy diferente. Más adelante veremos que hay abundantes experiencias exitosas de centros de educación diferenciada en distritos de especial dificultad o dirigidos a minorías especialmente vulnerables.

Y en cuanto a mi experiencia personal, de once años como director del Colegio Tajamar (situado en el Puente de Vallecas, el distrito de menor renta de Madrid y uno de los distritos de mayor índice de delincuencia, absentismo y fracaso escolar), y también por lo que conozco de otros muchos colegios similares (por ejemplo, Altair en Sevilla, Xaloc en Hospitalet del Llobregat, o de numerosas escuelas rurales single-sex), la experiencia es la misma que otros muchos casos en todo el mundo: los resultados académicos y de socialización de esas escuelas diferenciadas en contextos socioeconómicos menos favorecidos son notoriamente superiores a la media de su entorno.

Algunos, cuando ven los buenos resultados académicos de los centros de educación diferenciada, y ven que la explicación no está en que sean elitistas, dicen que esos colegios van bien porque están llevados por personas muy comprometidas, no por ser single-sex. Es indudable que los buenos resultados normalmente se deben a un conjunto de factores y no a un solo factor, pero no parece una objeción muy convincente, pues es evidente que en todos los países y en todos los modelos de enseñanza hay mucha gente muy comprometida, y no se puede obviar todo su esfuerzo frente al de los demás.