Alfonso Aguiló, “Educación de los sentimientos”, Hacer Familia nº 20, 1.X.1995

Acabo de leer que cada año, sólo en Francia, se fugan de sus casas cien mil adolescentes, y cincuenta mil intentan suicidarse. Los estragos de las drogas –blandas, duras, naturales o de diseño– son conocidos y lamentados por todos. Parece como si las conductas adictivas fueran casi el único refugio a la desolación de muchos jóvenes. La gente mueve la cabeza horrorizada y piensa que casi nada se puede hacer, que son los signos de los tiempos, un destino inexorable y ciego.

Sin embargo, se pueden hacer muchas cosas. Y una de ellas, muy importante, es educar mejor los sentimientos. El sentimiento no tiene por qué ser un sentimentalismo vaporoso, blandengue y azucarado. El sentimiento es una poderosa realidad humana, que es preciso educar, pues no en vano los sentimientos son los que con más fuerza habitualmente nos impulsan a actuar.

Continuar leyendo “Alfonso Aguiló, “Educación de los sentimientos”, Hacer Familia nº 20, 1.X.1995″

Alfonso Aguiló, “Proyecto de vida”, Hacer Familia nº 19, 1.IX.1995

La vida de todo hombre precisa de un norte, de un itinerario, de un argumento. No puede ser una simple sucesión fragmentaria de días sin dirección y sin sentido.

Cada hombre ha de esforzarse en conocerse a sí mismo y en buscar sentido a su vida proponiéndose proyectos y metas a las que se siente llamado y que llenan de contenido su existencia.

Continuar leyendo “Alfonso Aguiló, “Proyecto de vida”, Hacer Familia nº 19, 1.IX.1995″

Alfonso Aguiló, “Cultura”, Hacer Familia nº 17-18, 1.VII.1995

La vida de un hombre sin cultura es como una llanura desértica. La cultura nos facilita interpretar en clave de verdad la realidad del mundo que nos rodea. Con la cultura podemos despejar un poco de ese misterio que somos cada hombre. La cultura enriquece al hombre, le lleva a profundizar en sus raíces y en su historia. La cultura nos pone sobre la pista de nuestro pasado, nos hace valorar lo que ha sido nuestra andadura sobre la tierra –la nuestra personal y la de toda la historia del hombre–, y nos empuja –si es verdadera cultura– hacia la verdad y, por ella, hacia la libertad.

Pero la cultura de un hombre no se improvisa. Para llegar a tener un pensamiento profundo, unas valoraciones acertadas, unos principios claros, unas referencias ricas, es preciso dedicar a ello mucho tiempo y esfuerzo.

Continuar leyendo “Alfonso Aguiló, “Cultura”, Hacer Familia nº 17-18, 1.VII.1995″

Alfonso Aguiló, “El escapismo”, Hacer Familia nº 16, 1.VI.1995

La fuerza de voluntad libera a las personas de las cadenas de su propia debilidad. Las hace más libres, porque la libertad exige posesión, es decir, señorío de uno mismo, y quien no logra dominarse a sí mismo no puede ser realmente libre.

Cuando una persona, haciendo uso de la libertad, elige obrar mal, el vicio correspondiente acabará por atraparle y, entonces, esa libertad no será tal libertad. Las personas libres hacen las cosas “porque les da la gana”, no simplemente “porque les viene en gana”.

Continuar leyendo “Alfonso Aguiló, “El escapismo”, Hacer Familia nº 16, 1.VI.1995″

Alfonso Aguiló, “La indecisión”, Hacer Familia nº 15, 1.V.1995

Las personalidades tímidas, vacilantes, inseguras, suspiran siempre por tener a su lado dictadores, aunque a veces se revistan de la modesta apariencia de consejeros. ¿Qué debo hacer?, preguntan siempre, con la esperanza de que una receta les libre de cualquier decisión personal. No quieren decidir, no quieren arriesgar, se les hace insoportable la responsabilidad.

Otros son excesivamente razonadores y se ahogan en la perplejidad. Acusan un sorprendente miedo a la realidad. Son individuos que retrasan siempre sus decisiones, porque les paraliza su ansia de seguridad y su terror al riesgo. Siempre les parece que aún no han reflexionado suficientemente.

Continuar leyendo “Alfonso Aguiló, “La indecisión”, Hacer Familia nº 15, 1.V.1995″

Alfonso Aguiló, “Capacidad de ilusionarse”, Hacer Familia nº 14, 1.IV.1995

«La ilusión constituye una manera de vivir de unas personas determinadas: son esos hombres y mujeres que, de una forma habitual, encuentran diariamente motivos para ilusionarse, para hacer de cada jornada laboral un día festivo.

»Se les suele llamar personas de temperamento alegre, y parte de esa alegría les viene por su capacidad de ilusionarse, ya sea por un paseo o por el color de unas flores, da igual, porque cada una de estas manifestaciones de júbilo responden a una de actitud básica de vivir su propia vida, de esa personas de “chispeante”, de refrescante juventud, que les lleva a encontrar, en lo que otro tal vez ve la monótona repetición de un acto, una ocasión para disfrutar de la vida.

Continuar leyendo “Alfonso Aguiló, “Capacidad de ilusionarse”, Hacer Familia nº 14, 1.IV.1995″

Alfonso Aguiló, “Perdonarse a uno mismo”, Hacer Familia nº 13, 1.III.1995

Todos sabemos que, muchas veces, perdonar es difícil. Pero quizá para algunos sea especialmente difícil perdonarse a uno mismo. Y están tristes porque no se perdonan sus propios fracasos, porque alimentan sus errores dándoles vueltas en su memoria, porque parece que se empeñan en mantener abiertas sus propias heridas. Son como cadenas que se ponen a sí mismos, cárceles en las que se encierran voluntariamente.

A lo mejor están tristes y sienten dentro del corazón como una especie de lanzada que les amarga la existencia, porque cargan con una responsabilidad que no les corresponde, por un fracaso que no es suyo, al menos en su totalidad.

Continuar leyendo “Alfonso Aguiló, “Perdonarse a uno mismo”, Hacer Familia nº 13, 1.III.1995″

Alfonso Aguiló, “Perdonar y pedir perdón”, Hacer Familia nº 12, 1.II.1995

Cualquier persona comete errores que producen ofensas en quienes le rodean, y esas ofensas suelen llevar aparejadas un sentido de culpa para su causante.

Si esa persona pretendiera desentenderse de la realidad de esa ofensa que ha producido, o intentara proyectar sin razón su culpa sobre los demás, entonces se haría daño a sí mismo, porque no pone remedio a su mal –un verdadero y real sentido de culpa–, sino que lo ignora o lo oculta.

Continuar leyendo “Alfonso Aguiló, “Perdonar y pedir perdón”, Hacer Familia nº 12, 1.II.1995″

Alfonso Aguiló, “La carcoma de la envidia”, Hacer Familia nº 11, 1.I.1995

Cervantes llamó a la envidia carcoma de todas las virtudes y raíz de infinitos males. “Todos los vicios –añadía– tienen un no sé qué deleite consigo, pero el de la envidia no trae sino disgustos, rencores y rabia”.

La envidia no es la admiración que sentimos hacia algunas personas, ni la codicia por los bienes ajenos, ni el desear tener las dotes o cualidades de otro. Es otra cosa.

Continuar leyendo “Alfonso Aguiló, “La carcoma de la envidia”, Hacer Familia nº 11, 1.I.1995″

Alfonso Aguiló, “Vencer la timidez”, Hacer Familia nº 10, 1.XII.1994

Si te consideras tímido, has de saber que perteneces a un sector de la humanidad más amplio de lo que parece, y al que también pertenecen personas que probablemente no sospeches.

La timidez puede tener raíces muy diversas: baja autoestima, envidia, torpeza física, orgullo, falta de sociabilidad, o muchas otras. Resulta interesante, a la hora de esforzarse por configurar positivamente el carácter propio o el ajeno, analizar las posibles causas y reflexionar sobre ellas.

Continuar leyendo “Alfonso Aguiló, “Vencer la timidez”, Hacer Familia nº 10, 1.XII.1994″