Financiación pública y autonomía escolar

Facilitar financiación pública a las escuelas privadas no debe ser una liberalidad ni una discrecionalidad de los gobiernos, sino un derecho de iniciativas civiles que crean espacios de pluralidad democrática. Lo natural es que se financien los proyectos educativos que funcionen bien y tengan por ese motivo demanda por parte de las familias. Ese criterio, además de respetar los deseos de las familias y la pluralidad del conjunto de la sociedad, se ha demostrado también como un modo sencillo y directo de incentivar la mejora de la educación en un país, que suele salir reforzada cuando se aleja de modelos monopolísticos.

Las familias que eligen un tipo u otro de enseñanza pagan impuestos igualmente todas ellas, y por tanto tienen completo derecho a acceder a la financiación pública en igualdad de oportunidades con todos los demás.

Y el hecho de que se reciba financiación pública no justifica imponer criterios pedagógicos, ni políticos, ni ideológicos. Solo unos parámetros mínimos de calidad en la prestación de esos servicios, como se exigiría en cualquier otro servicio similar. Fuera de eso, el hecho de recibir financiación pública no debe suponer más que una rendición de cuentas sobre el empleo de los fondos públicos recibidos.

La financiación pública no debe cercenar la pluralidad de modelos educativos, que es tan fundamental para evitar imposiciones ideológicas contrarias a la democracia. Y a quien dice que no está dispuesto a que con el dinero de sus impuestos se financien centros de enseñanza que a él no le gustan, quizá hay que hacerle ver que con los impuestos de todos (los de él y los de quien lleva a sus hijos a un colegio que a él no le gusta) se financian muchas cosas que a ninguno de los dos les interesará o gustará (sean determinados partidos, sindicatos, obras públicas, manifestaciones culturales, etc.), pero que son perfectamente legales y tienen todo el derecho a acceder en igualdad de condiciones a la financiación pública, nos caigan mejor o peor.

Alfonso Aguiló, “Educar en una sociedad plural”, Editorial Palabra, 2021

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